Paseo 65: Día del libro
23 de Abril de 2007.
Me visto de gala: voy a celebrar “El día del Libro”, ¡Marramiau! Con cara de Shakespeare, espíritu de Cervantes y hasta del Inca Garcilaso, salgo a la calle dispuesto a disfrutar de este día de celebraciones varias: charlas, exposiciones, concursos literarios, lecturas públicas, firma de libros por sus autores...Paseo por las calles abarrotadas de gente con flores y libros por doquier: rosas, claveles, margaritas, azucenas, amapolas... Hoy, Júpiter, de Luis Landero; El corazón helado de Almudena Grandes; Cien años de soledad de García Márquez; La misma luna de Benítez Reyes; Viajes por el Scriptorium de Paul Auster; Poemas de Luis García Montero; Los libros arden mal de Manuel Rivas; La cosa en sí de Andrés Trapiello; La muerte pegada a las uñas de Enrique Murillo; Esta luz. Poesía reunida de A. Gamoneda; Paradoja del interventor de Gonzalo Hidalgo Bayal; La verdad de las mentiras de Vargas Llosa; La fortuna de Matilda Turpin de Álvaro Pombo; La magia de leer de José A. Marina; Ni Dios mismo de Pilar Galán; Ligero de equipaje de Ian Gibson; La caja vacía de José Manuel Díez; Las pequeñas memorias de José Saramago; Escribir es vivir de José Luis Sampedro; Lunas de agosto de Justo Vila; Ninguna necesidad de Julián Rodríguez; La caza salvaje de Jon Juaristi; Canciones del que no canta de Mario Benedetti; Arco del paraíso de José Luis García Martín...
¡Por favor, pronto, mi diez por ciento!... Me dan una rosa y me hacen el diez por ciento de la tanda de libros que me llevo. Me entregan también unos marcapáginas: Cervantes, Shakespeare, el Inca Garcilaso... Enseguida el frenesí: aquí autores y su firma, allá unos carteles con las últimas novedades, detrás las colas, las firmas, los autores... No sé dónde acudir...Me encamino casi abatido con los libros bajo el brazo, o bajo la pata, vaya usted a saber, que con esto de los heterónimos uno no sabe ya ni qué escribe...¡Marramiau!... Me siento en un banco a descansar. Ojeo y también hojeo los benditos libros. Enseguida me olvido del barullo, de los anuncios, de la música, del olor a flores, de las firmas, de las colas...sólo leo. El espíritu de D. Quijote vuelve a surgir:
“En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho que vivía un hidalgo [...] Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso( que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballería en que leer y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos [...]“
¡Leer!...
Como Gatito viejo comienzo de nuevo a pasear. Ya nada más tengo que contar, nada que visitar, nada que escuchar... He quedado de nuevo atrapado por la magia de las palabras, por las historias que se doblegan, por las vidas que comienzan a cobrar forma: personajes, narradores, voces, ambientes, épocas, diálogos, descripciones, argumentos...
¡Leer!..
Toda una vida leyendo, mire usted, toda una vida descubriendo, toda una vida disfrutando...Tanto por leer para tan poco tiempo... aunque pensándolo bien como gato que soy tendré siete vidas, igual todavía me quedan algunas por agotar...
¡Leer!...
23 de Abril, Día del libro, día de la lectura, día de los lectores...¡Amigos, celebrémoslo por todo lo alto: celebrémoslo leyendo!
¡Feliz día del libro a todos! ¡Marramiau!
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